martes, 11 de octubre de 2016

DÍAS DE VENDIMIAS

Como todos los años por estas fechas, son días de vendimias, días de mucho ajetreo en las familias.
Hoy en día las vendimias no son como las de hace una década, la llegada de la Denominación de Origen Ribera del Duero en los años 80, supuso un cambio radical en el viñedo, como así en la elaboración de sus buenos y famosos vinos.
Nada tiene que ver el viñedo de hace un par de décadas con el actual, nada que ver, como así las Bodegas donde se elabora el vino. Hoy en día todo se hace mucho más profesionalmente que en el anterior siglo XX, ha cambiado todo, son tantas las cosas que sería largo enumerar a todas, cosa que no sé, pues desde hace más de una década estoy apartado del mundillo vitivinicola, escribiré de lo que conocí.
Como decía antes de la llegada de la Denominación de Origen Ribera del Duero todo se hacía de una forma más artesanal, casi como siempre se había venido haciendo, aunque siempre estando predispuestos a la llegada de nuevas técnicas para el cuidado del viñedo y por ende a la elaboración del vino.
Recuerdo en mi adolescencia cómo durante las vendimias el asistir a la escuela quedaba en segundo plano, pues era más importante ayudar a los padres a vendimiar, es decir, casi obligatorio, los maestros no ponían impedimento alguno para que no pudieras ayudar a la familia, pues ellos sabían que las vendimias eran para las familias una fuente de ingresos muy importante.
A finales de Septiembre la Junta Directiva de la Bodega Cooperativa San Roque de la Encina convocaba una asamblea para decidir el comienzo de las vendimias, recuerdo asistir a varias y como siempre suele ocurrir en estos casos era difícil consensuar el día pues como es natural los intereses familiares no son los mismos, después de un intercambio de opiniones se llegaba al acuerdo.
Unos días antes comenzaba el ajetreo, lavar los cestos, reparar si alguno estaba deteriorado sobre todo los de mimbre, pues creo que a finales de los 70 debieron de llegar los de goma, revisar los cunachos (canasto) y lavarles, afilar los gadillos (gadullos), etc. Así mismo el cabeza de familia se ponía en contacto con sus hijos si éstos se encontraban trabajando o estudiando fuera del ámbito familiar para indicarles el día de comienzo de las vendimias y así se organizaran. Todo el mundo tenía que estar ayudando esos días a la familia cada uno dentro de sus posibilidades sobre todo en fin de semana.
 Las vendimias eran días de mucho trabajo, pues como ustedes saben el vendimiar castiga mucho a los riñones y para los que no hacíamos labores de continuo en el campo lo pasábamos mal y más si hiciera viento y la viña estuviera en un alto, era normal que los primeros días aparecieran agujetas, pero de nada te servía quejarte pues ya sabías lo que te esperaba al día siguiente.
Lo malo era cuando llovía, te rompía completamente el esquema que te habías hecho, entonces sí que el dicho, perdón por la expresión se hacía realidad; "es difícil pasarlo más putas que en vendimias" en ésta expresión cada uno es libre de figurarse lo que quiera, pues en ella van todos los contratiempos  posibles que te pueden ocurrir y ¡mira que hay! son tantos que no les enumero.
Pero también eran días de alegría, pues tenías mucho más de contacto con la gente ya fuera en el trayecto de ir a la viña o a la vuelta a casa, el ayudar dejándose cestos, etc, etc, por decirlo de una forma "nos sentíamos más solidarios". Era difícil que no hubiera armonía y solidaridad entre los labradores, pues antes que se prodigase la llegada de tractores al pueblo el acarreo de la uva se hacía primero en carros, después en galeras que eran tirados-as por ganado mular (los machos) y si hubieras tenido un azanque del carro o la galera otro labrador estaba presto a ayudar aunque las "relaciones" entre ambos no fueran lo deseable, pero sí que existía esa solidaridad entre los labradores en los días de vendimias. Seguro que muchos de ustedes habrán sufrido algún "lagarejo" en el transcurso de las vendimias, ¡qué recuerdos! hoy en día no sé si se seguirán haciendo pues como decía al principio llevo más de una década apartado de las vendimias.
Como decía, las vendimias hacían que te re-encontraras en la "paya" de la Bodega esperando tu turno de descarga con gente con la cual no te veías desde el año anterior pues si las dos personas nos encontrábamos viviendo fuera del pueblo era raro que coincidiríamos con anterioridad. Por esa razón escribía de que las vendimias además de duros trabajos eran días de alegría y de re-encuentros.
La llegada de tractores y el ir en coche o furgoneta a las viñas hizo que esa "alegría" de la que hablaba anteriormente fuera decayendo poco a poco, pero es normal, los tiempos avanzan rápidamente y hoy en día todo lo relacionado con el viñedo y el vino se hace mucho más profesionalmente de ahí que la rentabilidad de hoy en día de una viña nada tiene que ver con el pasado, absolutamente nada que ver.
Estos son a grandes rasgos los días de vendimias, días de mucho trabajo y de re-encuentros, en mi libro "Recuerdos de un Castrillense" escribo más detalladamente sobre ello, hoy en día los medios de comunicación locales nos informan detalladamente de las vendimias actuales que como digo poco tienen que ver con las de la segunda mitad del siglo XX que son las que más he conocido y de las cuales no debe de haber tantos "recuerdos" en sus archivos, por eso bien está que pongamos a trabajar a nuestra memoria recordándonos los "días de vendimias". Felices y buenas vendimias a todos.

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